
-Corre el viento suave y fresco…
-El sol aparece tímido…
-Ante el frío enemigo…
-Las hojas caídas…
-Celebran su particular fiesta…
-Con el ir y venir de remolinos…
-Entre ellos las cenizas…
-De nuestros sueños…
-En su día quemados…
-Se buscan queriendo formarse…
-En almas corpóreas…
-Mientras el corazón sigue ardiendo…
-El escaso rocío…
-Ha dejado de llorar emocionado…
-No encuentra ya el aposento…
-Para su glorioso instante…
-Los recuerdos de la niñez…
-Nos llegan a los ojos sonrientes…
-Barquichuela de risas como velas…
-Y el Mar cantaba alegre…
-Lo que ahora canta ronco…
-A su vez en otra vida…
-En otro lado…
-Un árbol centenario…
-En su mismo cometido…
-Guardaba sueños en su tronco…
-Ahora en nuestra madurez…
-Se van formando otros nuevos…
-Resurgiendo quizás…
-De las mismas cenizas…
-Ahora ya con más años…
-Tu barca y mi árbol…
-Estaban predestinados…
-A gestar a diario un amor…
-Sobre un lecho otoñal y amarillo…
-Entre los sueños de ayer…
-Y la realidad…
-De la inquieta hojarasca…
-Belleza y contrariedad del otoño…
-Y aún en su dureza…
-Nuestros sueños serán más fuertes…
-Que su borrasca.
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